lunes, 16 de febrero de 2009

Esperanza: perteneciente al baúl de las cosas que odio y amo al mismo tiempo.

Me voy a permitir esta tarde odiar la poesía. Odiarla hasta el delirio, aborrecerla y negar su existencia; no voy a permitir que describa la vida con otras palabras, que llene de sentido el amor y la muerte.

La voy a odiar de manera implacable por decir cosas frustrantes y bellas, por calcular la rima y la métrica que no conozco; la voy a odiar por enredarse en palabras selectas, y por hacerme creer que el mundo es diferente a como lo veo.

La voy a odiar por aquellos que la escriben y sienten placer en hacerlo, y no se dan cuenta que es una esquizofrenia; voy a desterrarla por no dar las claves del disfrute de la vida, y por hacerme creer que Whitman tenía razón.

Maldita, mil veces maldita por llevar versos que enamoran y frases simples que empalagan; y finalmente la voy a odiar, por tener siempre la esperaza de ser leída y compartida junto a otra persona como tú.

1 comentario:

  1. Hola, hola... No odies la poesía, odia el sentimiento metrizada y cuidado, ese el falso!!! Un abrazo ariadnesco

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