Para Anita que a pesar de todo sigue bebiéndose la vida…sigue adelante en tú andar…que estas palabras te sigan llenando de vitalidad…
¡Vamos¡ caminemos y tómame de la mano; mientras andamos miremos al perro de la calle, sus pulgas y costillas que se le cuentan por la escasa comida que consume. Miremos al “desquiciado” que vive en su mundo, en la basura, y en el frío pavimento de las avenidas.
Miremos el graffiti de las paredes blancas, saturadas de tantos mensajes de amor y desdicha, pero que ya nadie lee. Miremos los árboles marchitos que dejan en sus últimas hojas tú nombre.
Miremos a la mosca solitaria que lucha por abrirse paso entre los carros; a las prostitutas y sus coloretes relucientes; también miremos a la gente que corre sin mirar, y que ignoran que arriba de sus cabezas, en los edificios altos, ocurren cosas sorprendentes.
Miremos juntos al estudiante taciturno, a las telarañas que todos ignoran en la cafetería en la que tomamos el te, a los miles de chicles que están atados al suelo, y a los gatos que se aparean en el tejado de tú casa.
Finalmente… ¿Sabes qué es lo más especial de todo esto?
Que tú y yo nos conocimos.
¡Vamos¡ caminemos y tómame de la mano; mientras andamos miremos al perro de la calle, sus pulgas y costillas que se le cuentan por la escasa comida que consume. Miremos al “desquiciado” que vive en su mundo, en la basura, y en el frío pavimento de las avenidas.
Miremos el graffiti de las paredes blancas, saturadas de tantos mensajes de amor y desdicha, pero que ya nadie lee. Miremos los árboles marchitos que dejan en sus últimas hojas tú nombre.
Miremos a la mosca solitaria que lucha por abrirse paso entre los carros; a las prostitutas y sus coloretes relucientes; también miremos a la gente que corre sin mirar, y que ignoran que arriba de sus cabezas, en los edificios altos, ocurren cosas sorprendentes.
Miremos juntos al estudiante taciturno, a las telarañas que todos ignoran en la cafetería en la que tomamos el te, a los miles de chicles que están atados al suelo, y a los gatos que se aparean en el tejado de tú casa.
Finalmente… ¿Sabes qué es lo más especial de todo esto?
Que tú y yo nos conocimos.
buenas salenas!
ResponderEliminarcuantos cronopios he podido conocer gracias a la red! historia de cronopios y de famas, que gran obra maestra!
me gusta lo que escribis.
el texto del gran Baudelaire es un gran acierto de tu parte, lo celebro.
saludos cronopios desde argentina.